TODOS SOMOS IGUALES
TODOS SOMOS IGUALES
Impactos y desafíos en pos de la igualdad de oportunidades.
Por María José Patiño
Hace ya dos años y medio que comenzamos a crear oportunidades de inclusión para los niños cordobeses y estimo es válido decir que vamos por muy buen camino. Los impactos causados en la comunidad orquestal, en la vida de sus beneficiarios directos – los niños – , e indirectos – sus familias-, y también en la comunidad escolar y musical de Córdoba, ya son públicos y notorios. En palabras de Emanuel (violista de nuestro núcleo Carlos Giraudo de barrio Las Violetas): “antes de la Orquesta, no había nada”. Creo que es ingenuo pensar que “antes de la orquesta” no había nada”. Esa “nada” es algo “diferente”; algo que impactó en la vida de Emanuel que vino a llenar un vacío, una necesidad y le dio una oportunidad para desarrollarse. Ese “algo” es la mirada amorosa de una comunidad de dirigentes y maestros que vinieron a llenar la vida de los niños de lo más bello y armonioso que existe: la música.
¿Cuáles son los impactos?
Las respuestas son múltiples. Por un lado los niños, sus padres y sus escuelas forman parte de una comunidad nueva y diferente a cualquier otra que hasta el momento conocían. Una comunidad que exige y entrega lo mejor de cada uno de sus miembros sin escatimar esfuerzos, tiempos de dedicación, sueños por alcanzar y con la confianza ciega que cualquier logro es posible si existe el esfuerzo, la constancia y la voluntad de todos sus miembros. Todo ello con la envoltura mágica de la música, que no es otra cosa que la expresión de la belleza y armonía, Estamos convencidos de la capacidad inmensa que tienen los niños, creemos en su talento y sobre todo en el valor que la práctica colectiva de la música aporta a la vida de cualquier persona que la ejerce. Sólo aquel que se rodea de belleza puede luego querer producirla.
¿Cuáles son las dificultades?
Toda organización precisa recursos para desarrollarse. Recursos económicos y de los otros: humanos y materiales. Toda organización quiere mantenerse y crecer, no en número de miembros sino en aportes a la comunidad. ¿Qué padre no quiere darle lo mejor a su hijo? Nosotros queremos ofrecerle a cada uno de nuestros niños la mejor enseñanza posible, las condiciones mejores para su desarrollo intelectual, personal y musical; la mayor cantidad de experiencias para poder decidir libremente su futuro con las mismas oportunidades de cualquier niño cordobés que no nació en situación de riesgo y vulnerabilidad.
En esa búsqueda de lo mejor para cada niño nos encontramos con la dificultad más grande: comprometer a las diferentes organizaciones públicas y privadas que nos apoyen para darle sostenibilidad y proyección en el tiempo a la Orquesta. Quisiéramos brindar capacitación a profesores y alumnos; quisiéramos poder avanzar con la inclusión de los demás instrumentos sinfónicos para agrandar nuestra familia orquestal; quisiéramos brindar talleres para padres para extender nuestra misión más allá de los niños. Para todo ello hacen falta organizaciones y personas comprometidas, solidarias e interesadas en crear un mundo mejor para todos. El momento país que atravesamos hace que esas metas sean difíciles de alcanzar y mantener. Apelo a la sensibilidad, y compromiso de todos quienes, como yo, están convencidos que la solidaridad bien entendida es aquélla que ofrece oportunidades de inclusión real y no el vuelto que nos sobra ni la comida y ropa que descartamos. Sólo con este tipo de solidaridad es que podremos brindar una oportunidad real para todos nuestros niños cordobeses.